Jarandilla de la Vera es uno de lo pueblos con más encanto, y de los más conocidos, de la comarca de La Vera. Sus monumentos, su entorno natural y sus fiestas han popularizado esta bonita población.
El antiguo Castillo de los Condes de Oropesa, y actual Parador de Jarandilla de la Vera, fue construido a finales del siglo XIV, al integrar a Jarandilla en su condado.
Tras la abdicación de Carlos V en 1555 para retirarse al Monasterio de Yuste, hizo parada para descansar en el Castillo Jarandilla, en el que permaneció 4 meses. Su paso marcaría para siempre a esta pequeña población. El parador albergaría numerosos retratos y recuerdos del emperador y diferentes actividades serían llevadas a cabo en su nombre en la actualidad.
Durante la Guerra de la Independencia el Castillo sería prácticamente destruido. Tras varias reformas, en 1966 sería convertido en Parador de Turismo.
La Garganta Jaranda es un bello paraje en el que poder refrescarte en los calurosos días de verano, rodeado de un entorno sin igual. Cruza bajo el Puente Parral, aunque dispone de varias pozas naturales a lo largo de su recorrido.
En 1997, dos niños descubrieron tres misteriosas huellas geométricas de gran tamaño en esta finca, de las cuales no se supo descubrir su procedencia y convirtiendo a este lugar en uno de los sitios más visitados de Jarandilla de La Vera. Llegó a establecerse relación con dos avistamientos de extraños objetos luminosos sucedidos en 1996 y 1997 en la zona, de los cuales incluso se hicieron eco los medios de comunicación.
Otros lugares a visitar en Jarandilla de la Vera serán la Iglesia parroquial tardogótica de Nuestra Señora de la Torre, la Iglesia del Convento de los Agustinos, y las ermitas del Cristo y de la Virgen de Sopetrán.
Hay varias rutas de senderismo que se pueden hacer por Jarandilla de la Vera, aptas para niños y mascotas. Una de ellas es La Ruta de los Puentes, un camino circular de 4,5 kms que se tarda algo más de una hora en recorrer.
Otra de las rutas de senderismo más conocida es la Ruta de Carlos V. Ésta parte de Tornavacas y llega a Jarandilla de la Vera, tal y como haría en su día Carlos V para llegar a esta última localidad. La ruta cuenta con 27 km de distancia y casi 1.200 metros de desnivel acumulado, por lo que requiere cierta preparación para realizarla.
Sin duda una de las fiestas más bonitas que he podido ver. Celebrada el 7 de diciembre, el origen de esta fiesta procedería de dos tradiciones. Por un lado la antigua costumbre de los pastores de intercambiarse escobazos como saludo tras bajar del monte con los rebaños después de varios meses sin verse. Y por otro lado las festividades relacionadas con el fin de la cosecha de otoño.
La Plaza Mayor de Jarandilla es el punto neurálgico de la fiesta, aunque por todo el pueblo los vecinos se dan escobazos con grandes escobas hechas de retama que encienden para saludarse entre ellos y a los visitantes.
Finalizado el saludo, se inicia la procesión del estandarte de la Virgen y se continúa la fiesta con la quema de hogueras repartidas por varios puntos.
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