Al mirar por primera vez a través de un telescopio el observador puede sentirse decepcionado. Las fotografías astronómicas de bellos objetos con vivos colores se traducen en pequeños borroncillos monocromos al reemplazar la cámara por el ojo. ¿Qué puedes esperar al observar a través de un telescopio?
El ojo humano es un artilugio maravilloso, capaz de enviar gran cantidad de información del exterior al cerebro, incluso en condiciones de baja luminosidad. Sin embargo las cámaras fotográficas tienen una capacidad que nosotros no tenemos: acumular fotones en un único fotograma.
En condiciones de poca luz recibimos poco fotones. Nuestro ojo, independientemente de la luz exterior, enviará varias imágenes por segundo a nuestro cerebro, de forma que sigamos siendo capaces de ver en tiempo real lo que ocurre a nuestro alrededor. Una cámara de vídeo haría esto mismo. Sin embargo, una cámara fotográfica es capaz de coger los fotones de varios segundos y juntarlos en una única imagen, perdiendo la capacidad de vídeo en tiempo real pero posibilitando capturar muchísima información en condiciones de poca luz.
La capacidad de acumular fotones en una única toma es la que permite a la fotografía astronómica mostrar objetos en color de forma tan maravillosa. Los objetos astronómicos están tan lejos y son tan tenues que no somos capaces de verlos a través de un ojo que acumula poca información, cosa que no ocurre con la cámara.
El telescopio permite acumular los fotones que llegan a todo el diámetro del tubo en nuestra pupila. Es por eso que decimos que cuanto mayor sea la apertura de un telescopio, más luminoso es. Lo que permitirá un diámetro grande en un tubo es coger muchos más fotones de luz para acumularlos en nuestra pupila. Gracias a esta capacidad de los tubos ópticos, nuestro ojo es capaz de ver los objetos celestes.
Sin embargo, por mucho que un telescopio sea capaz de capturar más luz y llevarla a nuestra retina, esta cantidad de luz seguirá siendo insuficiente para desvelar mucho detalle en los objetos. Además, recordemos que nuestro ojo tiene dos tipos de sensores: los conos y los bastones. Los conos permiten la visión en color a costa de ser menos sensibles en condiciones de baja luminosidad. Los bastones permiten la visión en condiciones de menos luz pero a costa de proporcionar visión en monocromo. Pues bien, cuando observamos un objeto astronómico, del que hemos recibido poca luz, conseguimos excitar solamente los bastones y por lo tanto vemos una imagen en blanco y negro y de poco detalle.
Los objetos más luminosos si nos ofrecen gama de color, solo que son pocos y no tan atractivos:
El resto de objetos no nos quedará más remedio que observarlos en blanco y negro.
De la misma forma que hay aficionados que hacen fotografías con sus equipos, hay otros que les gusta dibujar lo que ven a través del ocular del telescopio. Estos dibujos son una gran oportunidad para ti, si te gusta la observación, para anticipar como puedes ver un objeto a través de un telescopio. El dibujante habrá plasmado en el papel lo que vio con su ojo, igual que te dispones a hacer tú.
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